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lunes, 21 de marzo de 2011

Proyecto Conciencia Global de la Universidad de Princeton

En Agosto del año 1998, un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, dirigido por el Dr. Roger Nelson, activó un proyecto de investigación llamado “Global Consciousness Proyect” (Proyecto de Conciencia Global), dedicado a estudiar la conciencia colectiva de la humanidad.
Este no es un proyecto directo de la Universidad, aunque se lleva a cabo en las oficinas de Nelson, sino un proyecto del Instituto de Ciencias Noéticas, dirigido por él.

Partiendo de la teoría de que la mente humana está conectada más allá del espacio como un fenómeno no local y compartido, y que ésta puede producir cambios que sean registrables en sistemas aleatorios, se instalaron más de cien paquetes de software en distintos ordenadores de varios países, centralizando la llegada de datos a un ordenador central en la Universidad.


Dr. Roger D. Nelson,
director del Proyecto
El software instalado es simplemente un sistema que produce números aleatorios al azar, una secuencia sin ningún tipo de orden de ceros y unos que van apareciendo sin ningún tipo de simetría u orden.

Cada uno de los ordenadores donde este software de tipo “lotería” está instalado se llama “Egg”.
Todos los datos de los eggs, se registran en un ordenador central que va monitorizando la actividad de toda la red.

Lo curioso es que sincrónicamente y al mismo tiempo, cada vez que en el mundo está por suceder un evento que es de interés global para la humanidad, esos ceros y unos comienzan a aparecer en patrones ordenados, ya no hay aleatoriedad.

Es decir que las secuencias que antes aparecían aleatoriamente como por ejemplo:

01010011101010111000110101

ahora aparecen como:

0000001111111110000001111111110000000111111110000001111

El índice de aleaoriedad indica la actividad de la mente global.

A mayor aleatoriedad, menos alerta. A menor aleatoriedad (formación de patrones numéricos), mayor actividad o alerta noosférica.

El experimento ha demostrado que se anticipa a los eventos más importantes para la humanidad como el atentado a las torres gemelas o el reciente tsunami japonés.

Actividad Noosférica registrada en los sucesos recientes en Libia
El valor 0,05 indica el mayor índice de “no aleatoriedad” es decir, una gran formación de patrones numéricos que indicaría una alta actividad de conexión noosférica.
Actividad noosférca registrada en el reciente tsunami en Japón

Fuente: Bianca Atwell

El LHC podría convertirse en la máquina del tiempo

Además de ser el experimento científico más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) podría transformarse en la primera máquina fabricada por el hombre que sería capaz de hacer que cierta forma exótica de materia viaje hacia atrás o hacia adelante en el tiempo.
Tom Weiler y Chui Man Ho son físicos de la Universidad de Vanderbilt (Nashville, Tennessee) y han sorprendido al mundo con una teoría controversial que, según ellos, no viola ninguna de las leyes de la física o las limitaciones experimentales, admitiendo además que se trata de una posibilidad muy remota.

De hecho, no descartan que el LHC esté recibiendo ya algunas señales sutiles, generadas por experimentos futuros donde el “Singlet de Higgs” es el principal actor de esta teoría.

Uno de los objetivos principales del LHC es encontrar el esquivo Bosón de Higgs, la partícula hipotética que los físicos invocan para explicar por qué las partículas como los protones, neutrones y electrones tienen masa.

Si el colisionador tiene éxito en la producción del Bosón de Higgs, algunos científicos predicen que se creará una segunda partícula, llamada “Singlet de Higgs”, al mismo tiempo.

Según la teoría propuesta por Weiler y Ho, estos maillots tendrán la capacidad de saltar a una dimensión extra (quinta) en la que se podrán mover hacia adelante o hacia atrás en el tiempo y aparecer en el futuro o en el pasado.

No serviría para hacer viajar personas u objetos, pero quizá sí para enviar mensajes al pasado o al futuro, y también para recibirlos, como sugieren los autores de la teoría.

Una de las formas de verificar si esta teoría es correcta es analizar los resultados de los detectores a la espera de cualquier señal proveniente de algún experimento futuro.

Por otro lado, la teoría se encarga de especificar que sólo este tipo de partículas especiales tienen la propiedad de “viajar en el tiempo” descartando por completo a los humanos.

La teoría de Weiler y Ho se basa en la teoría M, una "teoría del todo".

Un pequeño grupo de físicos teóricos han desarrollado la teoría-M hasta el punto de que puede adaptarse a las propiedades de todas las partículas subatómicas y las fuerzas conocidas, entre ellas el peso, pero requiere de 10 u 11 dimensiones en lugar de las conocidas cuatro (las tres del espacio más la del tiempo).

Esto ha llevado a sugerir que nuestro universo puede ser como una membrana (brane) de cuatro dimensiones flotando en un espacio-tiempo multi-dimensional. De acuerdo con este punto de vista, los elementos básicos de nuestro universo están adheridos de manera permanente a la membrana y por lo tanto no pueden viajar en otras dimensiones.

Sin embargo, hay algunas excepciones.

Existen científicos que argumentan que la gravedad puede ser una de estas, por ejemplo, ya que es más débil que otras fuerzas fundamentales, y se “dispersa” en otras dimensiones.

Otra excepción posible es la propuesta del Singlet de Higgs, que responde a la gravedad, pero no a cualquiera de las fuerzas básicas de la física.

Ilustración de la teoría del viaje del Singlet de Higgs (Imagen: Jenni Ohnstad / Vanderbilt)
Weiler comenzó a investigar sobre la posibilidad de viajar en el tiempo hace seis años para explicar las anomalías que se habían observado en varios experimentos con neutrinos.

Los neutrinos son partículas apodadas “fantasma”, ya que reaccionan muy poco con la materia ordinaria. Millones de neutrinos atraviesan nuestros cuerpos cada segundo sin que nos enteremos de ello y sin que nos afecten.

Weiler y sus colegas Heinrich Pas y Pakvasa Sandip de la Universidad de Hawai se aproximaron a una explicación sobre las anomalías observadas en los neutrinos apoyándose en la existencia de una partícula hipotética llamada Neutrino Estéril.

En teoría, los neutrinos estériles son mucho menos perceptibles que los neutrinos regulares, ya que interactúan sólo con la fuerza gravitatoria. Como resultado, los neutrinos estériles son otra partícula que no está unida a la membrana antes mencionada y también se las puede considerar como capaces de viajar a través de otras dimensiones.

De este modo, Weiler, PAS y Pakvasa propusieron que los neutrinos estériles podrían viajar más rápido que la luz tomando atajos a través de otras dimensiones. Según la teoría de la Relatividad General de Einstein, hay ciertas condiciones bajo las cuales viajar más rápido que la velocidad de la luz equivale a viajar hacia atrás en el tiempo.

Esta base teórica llevó a los físicos a especular sobre los viajes en el tiempo. Si Weiler y Ho están en lo cierto con su nueva teoría, el LHC podría pronto comenzar a captar señales provenientes del futuro.

Incluso puede haber recibido ya algunas y los científicos aún no se han dado cuenta de este acontecimiento.

Fuente: Neoteo

Un satélite para detectar 'tsunamis' desde el espacio

PARIS ha sido desarrollado por el ingeniero español Manuel Martin-Neira.
El sistema de satélites medirá la altura del océano y ayudará a lanzar alertas.
Con 10 satélites PARIS se podría monitorizar toda la Tierra.
Se detectaría la formación de tsunamis en cualquier lugar del mundo.
Permitiría avisar a la población con, al menos 30, minutos de antelación.
Las boyas instaladas en el fondo del mar y los sismógrafos son los únicos instrumentos que en la actualidad permiten alertar a la población con algunos minutos de antelación de la inminente llegada de un tsunami (habitualmente, la población tiene menos de una hora para ponerse a salvo).

Cuando los sismógrafos registran un terremoto submarino de magnitud superior a 6,5 en la escala de Richter hay riesgo de que se produzca un tsunami. Automáticamente se lanza una alerta aunque no existe la certeza de que vaya a llegar a la costa.

Sin embargo, en pocos años la tecnología espacial podría mejorar significativamente la predicción de estas devastadoras olas gigantes que han provocado una enorme catástrofe en Japón.

Un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) firmado por el ingeniero español Manuel Martín-Neira utiliza la tecnología de los satélites de observación de la Tierra para medir la altura de la superficie del océano.

Las aplicaciones son numerosas pero seguramente la más urgente es la de poder detectar con mayor antelación tsunamis.

El sistema PARIS está en fase de estudio pero podría ser una realidad en 2017 o 2018 si se cumple el calendario previsto para su lanzamiento.

El sistema desarrollado por este ingeniero de radiometría de microondas fue patentado a principios de los años 90 por la Agencia Espacial Europea, donde investiga. "En aquella época sólo estaba en órbita el sistema de navegación estadounidense GPS y el ruso GLONAS.

Conforme pasaron los años, otros países comenzaron a desarrollar sus sistemas de navegación por satélite", explica Manuel Martin-Neira a ELMUNDO.es en conversación telefónica desde Holanda, donde se encuentra el ESTEC ('European Space Research and Technology Centre'), el centro de la ESA en el que trabaja.

Aunque los ensayos de PARIS se realizarán con el sistema de navegación por satélite europeo GALILEO, PARIS podrá recibir las señales directas de toda la red mundial de satélites y calcular la altura de la superficie del mar.

Evolución de las olas en el océano

Cuando una ola de tsunami de desplaza por el océano, éste muestra una pequeña elevación. Por ejemplo, un tsunami en medio del océano puede tener una altura de 30 o 60 centímetros.

Cuando el océano es muy profundo, la ola tiene poca altura pero es muy ancha (puede tener 200 o 300 kilómetros) y viaja a una gran velocidad (unos 800 km. por hora).

A medida que la ola se acerca a la costa, su velocidad se va reduciendo conforme disminuye la profundidad.

Se va estrechando hasta convertirse en una ola de sólo 10 km. aproximadamente. Todo el agua se acumula en esta superficie, lo que provoca que aumente su altura, que puede tener entre 10 y 30 metros, lo que produce el efecto devastador en la costa.

"El objetivo es que un satélite PARIS pueda observar una franja del océano de 1.500 kilómetros en la que podamos captar esa perturbación.

Para lograr detectarlo con menos de 30 o 40 minutos de antelación necesitaríamos una constelación de satélites PARIS", explica el ingeniero. "Con 10 satélites PARIS se podría monitorizar todo la Tierra y alertar con 30 o 40 minutos de antelación", calcula.

Un sistema complementario

El sistema necesitaría que se procesaran los datos en la Tierra en tiempo real y un sistema de comunicaciones muy efectivo para que la alerta llegue a las poblaciones amenazadas. Martín-Neira considera que su sistema complementaría a los sismógrafos que detectan el terremoto y a las boyas instaladas en el fondo de mar para medir la presión.

Este sistema de sensores se instaló en Indonesia tras el devastador tsunami de 2004: "Requieren un cierto mantenimiento y es costoso". Por eso el objetivo es complementar varias tecnologías.

El tsunami de Japón del 11 de marzo llegó a la costa en menos de una hora porque en cuanto se produjo el terremoto se avisó a la población.

Sin embargo, hoy en día no hay un sistema de detección de tsunamis global: "Tras el tsunami japonés se alertó a todos los países del Pacífico sin tener información real sobre si, efectivamente, iba a producirse. Se previno por si acaso", señala el investigador.

Medir las corrientes oceánicas

El principal objetivo de PARIS es medir la superficie del mar, unos cálculos que, además de ayudar a paliar los efectos de los tsunamis, estudiará las corrientes del océano y ayudaran comprender mejor la dinámica océanica, es decir, cómo circula el agua, unos datos que mejorarían la información que en la actualidad ofrecen los altímetros.

Además, aportaría medidas interesantes sobre la vegetación, el nivel de agua de los ríos o el grosor de las capas de hielo.

El satélite que se construya para llevar a cabo las pruebas recibirá las señales de navegación transmitidas por un satélite GALILEO Y GPS. El satélite PARIS volará en una órbita más baja.

"Dará vueltas y medirá toda la Tierra (tardará 100 minutos en dar una vuelta completa, de forma que al día haría 14 barridos. Esta frecuencia permitiría detectar un tsunami en cualquier lugar del mundo con al menos 30 minutos de antelación.

No tiene por qué ser un esfuerzo de una agencia espacial única: "Tanto la NASA como la agencia espacial china se han mostrado interesados en el concepto PARIS.

El mayor reto ahora es recaudar fondos de los países miembros de la ESA para poder materializar el proyecto. "Nuestro objetivo es que cueste menos de 50 millones de euros", señala Martín-Neira.

Martín-Neira es también el ingeniero responsable del hasta ahora exitoso sistema MIRAS, que se lanzó al espacio a finales de 2009 en el marco de la misión SMOS. Recopila datos sobre la humedad del suelo y la salinidad del océano, unas mediciones que ayudan a los científicos a prever y a realizar seguimientos de inundaciones y sequías.

El instrumento fue utilizado, por ejemplo, durante las graves inundaciones de Pakistán del pasado verano y las recientes lluvias torrenciales en Australia y Nueva Zelanda.

"Con el avance tecnológico que tenemos en nuestras manos es posible mejorar la prevención de tsunamis y la alerta temprana. Espero que en el futuro la industria aeroespacial pueda contribuir a ello".

Fuente: ElMundo

Volcán Krafla podría convertirse en fuente de energía para Islandia

Sería capaz de generar cerca de 25 megavatios, suficientes para alimentar entre 25 mil y 30 mil hogares.
Geólogos que taladraban un pozo exploratorio geotérmico en el volcán Krafla en Islandia, en 2009, se encontraron con una gran sorpresa: la lava subterránea, también llamada magma, fluía dentro del pozo a 2,1 kilómetros de profundidad, lo que obligó a los científicos a parar la perforación.

"De todo lo bien conocido por nosotros, sólo un caso anterior ha sido documentado de magma fluyendo mientras se taladra un pozo geotérmico", dijo Wilfred Elders, geólogo en la Universidad de California en Riverside, y director del equipo de investigación.

Para llevar a cabo sus investigaciones, los científicos recibieron 3,5 millones de dólares de la National Science Foundation (NSF), y 1,5 millones de dólares del International Continental Scientific Drilling Program.

Elders y su equipo estudiaron el pozo dentro de la caldera Krafla como parte del Proyecto de Perforación Profunda en Islandia, desarrollado por un consorcio entre la industria y el gobierno con el objetivo de comprobar si los fluidos geotérmicos a presiones y temperaturas supercríticas podrían ser explotados como fuentes de potencia, dijo Leonard Johnson, director del programa de la Division of Earth Sciences de la NSF.

"Estábamos perforando un pozo que fue diseñado para buscar fuentes de energía geotérmica en el volcán y a gran profundad, a unos 4,5 kilómetros", explicó Elders. "Aunque el flujo de magma interrumpió nuestro proyecto, nos dio una oportunidad única para probar un sistema de intenso calor geotérmico como fuente de energía".

En la actualidad, un tercio de la energía eléctrica y el 95 % de la calefacción de los hogares en Islandia, se producen a partir del vapor y agua caliente que se produce de forma natural en las rocas volcánicas.

"La economía en la generación de energía eléctrica a partir del vapor geotérmico, mejora cuanto mayor sea su temperatura y presión", dijo Elders.

"A medida que se va perforando más profundamente en una zona caliente, aumenta la temperatura y la presión, por lo que debería ser posible llegar a un entorno en el que un líquido más denso tuviera un contenido calórico muy elevado, pero también, una viscosidad inusualmente baja, produciéndose la llamada “agua supercrítica”.

Aunque el agua supercrítica se utiliza en las grandes centrales eléctricas de carbón y electricidad, Elders dijo que "nadie había tratado de usarlas y son de las que se producen de forma natural en las zonas más profundas de las áreas geotérmicas".

Elders y su equipo informaron en la edición de marzo de la revista Geology, publicada por la Sociedad Geológica de América, que aunque el volcán Krafla, al igual que otros volcanes en Islandia, son de basalto (roca volcánica que contiene un 45-50 % de sílice), en el magma, lo que encontraron fue la riolita (una roca volcánica que contiene 65 a 70 % de sílice).

"Nuestros análisis muestran que este magma está formado por la fusión parcial de algunos basaltos en el volcán Krafla", expresó Elders.

"La presencia de pequeñas cantidades de riolita en algunos volcanes de basalto siempre ha sido una especie de rompecabezas”.

"Se había inferido que al darse algún proceso desconocido en el área de origen de los magmas, en el manto profundo debajo de la corteza de la Tierra, se produzca una riolita rica en sílice, fundirse y formarse, aparte del dominante magma del basalto que es pobre en sílice".

Según Elders, en los sistemas geotérmicos, el agua reacciona con las rocas y altera su composición, en un proceso denominado "alteración hidrotermal".

“Nuestra investigación muestra que la riolita se forma cuando un magma basáltico derivado del manto encontró un basalto alterado hidrotermalmente, y quedó fundido y parcialmente asimilado por la roca", dijo.

En la primavera de 2009, Elders y su equipo progresaban normalmente con la perforación del pozo alcanzando 2 kilómetros (6.600 pies) de profundidad.

Sin embargo en los siguientes 100 metros (330 pies) perforados, ocurrieron varios problemas agudos de perforación.

Las perforadoras determinaron a los 2.104 metros (6.900 pies) de profundidad, que la tasa de penetración había aumentado repentinamente e incrementando la torsión en el montaje de perforación, y interrumpiendo su rotación.

Cuando la tubería de perforación fue elevada más de 10 metros (33 pies) y bajada nuevamente, la broca se atascó a los 2.095 metros (6.875 pies).

Se había llenado una intrusión de magma de 9 metros (30 pies) en la parte baja de la perforación abierta. El equipo logró terminar la perforación y completó el agujero como un pozo de producción.

"Cuando el pozo fue probado, el vapor seco de alta presión fluyó hacia la superficie con una temperatura de 400°C o 750°F, proveniente de una profundidad inferior a la del magma", dijo Elders.

Él y su equipo estimaron que este vapor puede generar 25 megavatios de electricidad si se pasa a través de una turbina de electricidad adecuada, suficientes para suministrar de energía de los 25.000 a 30.000 hogares.

"Esto lo hace una atractiva fuente de energía", y agregó que “lo normal era que los pozos geotérmicos de alta temperatura produzcan sólo 5 a 8 megavatios de electricidad a partir de 300 grados Celsius o 570 grados Fahrenheit de vapor húmedo".

Elders cree que debería ser posible encontrar flujos razonablemente poco profundos de magma, en otras partes de Islandia y el mundo, donde se producen jóvenes rocas volcánicas. "En el futuro, estas podrían convertirse en fuentes atractivas de energía de alta calidad”.

El Proyecto de Perforación Profunda en Islandia, no ha abandonado la búsqueda de recursos geotérmicos supercríticos. El proyecto planea perforar un segundo pozo profundo en el suroeste de Islandia en 2013.

Fuente: La Gran Ëpoca